Al instante de producirse el terremoto y el tsunami ya había centenares de muertos y desaparecidos, y éstos crecieron minuto a minuto por las bajas temperaturas, los derrumbamientos, las gigantescas olas, etc.
Los 8.000 militares que desplazó el gobierno japonés más las tropas de Estados Unidos fueron a la búsqueda de los desaparecidos, pero a medida que los días pasaban la presencia de cadáveres en algunos lugares se hacía notoria. El número de fallecidos aumentó este pasado jueves hasta 10.035 personas(6.097 en Miyagi, 3.025 en Iwate y 855 en Fukushima), mientras que los desaparecidos llegaron a los 17.443.
Después de la catástrofe unos 250.000 ciudadanos residen estos días en 1.900 refugios temporales debido a las casi 20.000 casas destruidas y los más de 130.000 edificios que han sido dañados.
Operarios y militares trabajan día y noche para tratar de controlar la situación en la planta nuclear de Fukushima que el seísmo dejó sin electricidad necesaria para refrigerar sus reactores nucleares.
Además, miles de personas han sido evacuadas por el tsunami.
Operarios y militares trabajan día y noche para tratar de controlar la situación en la planta nuclear de Fukushima que el seísmo dejó sin electricidad necesaria para refrigerar sus reactores nucleares.
Además, miles de personas han sido evacuadas por el tsunami.
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