En esta entrada os mostraré como vivieron los ciudadanos el terremoto en algunas estancias (centros comerciales, oficinas…):
En los supermercados los dependientes intentan evitar que los distintos productos caigan de sus estantes, pero eso es algo inevitable. Al terminar el seísmo, cristales, distintos líquidos y otros productos invaden los suelos. También las luces parpadean apagándose y encendiéndose continuamente.
Al igual que en los anteriores, en las empresas los ordenadores, pantallas, armarios, papeles, objetos colgados… Todo tipo de material se tambalea hasta desplomarse sobre la mesa o precipitarse al suelo, y, claro, casi ningún objeto se salva. Cuando el temblor finaliza, se puede observar la fuerza del recién terremoto.
Mientras edificios, casas, farolas, etc, se mueven con más fuerza de la normal en Japón, y los asfaltos se agrietan descomunalmente, los ciudadanos de los lugares azotados, al darse cuenta de que no es un seísmo como los de cada día, se detienen intentando asimilar que está ocurriendo y observan perplejos todo su alrededor.
Ahora os dejaré una serie de vídeos en los que podréis observar con vuestros propios ojos lo que os acabo de contar:
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